Josél Moctezuma
Inició oficialmente el ciclo de zafra 2025 – 2026 con la quema corte, alza y acarreo de la caña de azúcar hasta el Ingenio de Atencingo, Chietla, terminará el 21 de mayo del 2026.
En la mixteca poblana, durante seis meses la región cañera y sus municipios mejoran su economía, son seis meses de bonanza, surgen nuevos comercios, se generan más de 5 mil empleos directos y la derrama económica impacta a nivel nacional.
Un ejército de más de 2 mil cortadores de caña afilaron sus machetes y protegieron sus brazos para derribar la vara dulce y comenzar surco por surco el proceso para su industrialización.
En la región cañera la temporada arrancó con fuerza, sincronía y con altas expectativas del cultivo por excelencia en la zona sur del estado de Puebla, así lo informó Lázaro Félix Bello García, presidente de la Unión Local de Productores de Caña de Azúcar (ULPCA).
Los números del arranque parecen sólidos: 1 millón 802 mil 670 toneladas estimadas, 17 mil 491 hectáreas listas para el corte, 103 toneladas por hectárea en rendimiento promedio, y una molienda diaria de 9 mil 477 toneladas. Cifras que a simple vista presumen estabilidad, pero que en el campo se reflejan en largas horas de intenso trabajo bajo un sofocante calor con más de 37 grados centigrados
Lázaro Bello García, presidente de la Unión Local de Productores de Caña de Azúcar de Atencingo, dedicó más de treinta años de su vida a la operación de la alzadora y maquinaria, sabe que cada zafra es un reto a vencer por las exigencias de los tiempos y lograr abastecer el ingenio con más de 9 mil toneladas de caña todos los días, para su inmediata industrialización.
“La zafra no es un juego. Aquí cada tonelada cuesta esfuerzo. Si este país quiere azúcar, tendrá que respetar el trabajo del compañero que la produce., aseveró el líder cañero.
La zafra 2025/2026, considera 190 días de operación, nace en un entorno donde el productor está exigiendo orden, pagos justos, eficiencia en la fábrica y decisiones que no pongan en riesgo el trabajo de miles de familias. Y lo exige porque sabe lo que está en juego: una cadena económica que todavía sostiene regiones completas.



