Las guerras han sido catalizadores de cambio y han impulsado avances tecnológicos, científicos y médicos. La urgencia y la posibilidad de operar bajo diferentes marcos éticos y morales en tiempos de conflicto ha acelerado el desarrollo tanto de nuevas tecnologías como de prácticas. Lo anterior ha sido crucial en el progreso humano y ha demostrado que pueden surgir innovaciones importantes de las adversidades.
La situación política en Ucrania no es la excepción. Estamos presenciando cómo este país se convierte en un laboratorio de guerra de inteligencia artificial (IA), lo cual nos lleva a preguntarnos sobre el rol de la ética en materia tecnológica en el campo de batalla y su impacto futuro.
Avances tecnológicos impulsados por las guerras
La necesidad de superar al enemigo ha fomentado la invención y el perfeccionamiento de tecnologías, las cuales han trascendido el ámbito militar, como es el caso del radar y de la internet.
Innovaciones científicas originadas en conflictos
La guerra ha impulsado avances en la ciencia, como el desarrollo de la energía nuclear. En la física, también ha derivado en descubrimientos que nos han permitido una mayor comprensión del universo y vivir mejor en tiempos de paz.
Avances médicos gracias a las guerras
Las necesidades médicas en el frente han acelerado el desarrollo de prácticas y medicamentos esenciales, como la penicilina y técnicas de cirugía rápida, salvando vidas tanto en la zona de combate como en la sociedad. Estos avances han tenido un impacto duradero en la medicina moderna, transformando las salas de emergencia y los tratamientos para traumas psicológicos.
Ucrania: un laboratorio moderno
La situación en Ucrania es un testimonio vivo de cómo la guerra puede ser un motor de innovación tecnológica. La decisión de Alex Karp de desplegar el software de IA de Palantir en apoyo a este país, no sólo representa un compromiso significativo con su defensa, sino que también destaca el potencial de la IA para cambiar el curso de los conflictos armados. Palantir ofreció sus servicios al país sin costo alguno, movido por el deseo de demostrar el potencial de sus soluciones tecnológicas y recolectar datos.
Las tecnologías aplicadas en el conflicto basadas en IA no sólo abarcan drones de reconocimiento y ataque o software para análisis, también incluyen herramientas de compilación de evidencia sobre violaciones de derechos humanos y eliminación de artefactos explosivos. También han servido para la asistencia en la reubicación de personas afectadas por el conflicto y la lucha contra la corrupción.
El ejército ucraniano está liderando una innovadora fase de pruebas en inteligencia artificial aplicada al ámbito militar y cuenta con un especialista en programación asignado a cada una de sus unidades. Esta iniciativa está generando una transformación sin precedentes en la naturaleza de los conflictos armados, una evolución descrita por el anterior presidente del Estado Mayor Conjunto como “el cambio más profundo y significativo en la guerra que se haya visto en la historia”.
La colaboración entre el gobierno ucraniano y empresas como Palantir, Microsoft, Amazon y Google, en la defensa, subraya el creciente peso de las soluciones tecnológicas en el campo de batalla moderno, e impulsa preguntas éticas sobre qué resultados dará la acumulación de información en dichos conflictos y si serán un parteaguas de desarrollo de nuevas tecnologías.
Contribuciones de los gigantes tecnológicos
La participación activa de empresas tecnológicas en el conflicto ucraniano destaca un nuevo paradigma en la colaboración entre el sector privado y las fuerzas armadas. Mientras que estas colaboraciones ofrecen oportunidades importantes para avanzar en la defensa y la seguridad, también plantean riesgos asociados con la soberanía nacional y la ética corporativa.
La capacidad de estas empresas para actuar como actores independientes en el teatro de la guerra subraya la necesidad de una regulación y supervisión más estrictas para evitar abusos y garantizar que la tecnología se utilice en beneficio de la humanidad. También requiere una reflexión cuidadosa y una regulación prudente, así como los candados necesarios para que el poder de estas empresas no sobrepase los intereses de los ciudadanos y de los estados.
La experiencia de Ucrania demuestra tanto el potencial transformador de la tecnología en la guerra como los peligros inherentes a su uso descontrolado y levanta preguntas sobre el uso e intenciones de los mismos.
Conclusión
La transformación de Ucrania en un laboratorio de guerra de IA ha establecido un precedente para el futuro de las guerras en general. Las lecciones aprendidas y las tecnologías desarrolladas en este “campo de pruebas” tienen el potencial de redefinir la estrategia militar global. La colaboración entre el sector tecnológico y las fuerzas armadas en Ucrania ilustra una nueva era de guerra híbrida, donde las capacidades digitales son tan críticas como las físicas.
El papel de la tecnología en la guerra y su impacto en el mundo nos obliga a reflexionar sobre cómo utilizamos estas poderosas herramientas, y es un recordatorio de que, aunque la tecnología puede ofrecer soluciones sin precedentes a los desafíos militares, su verdadera importancia reside en nuestra capacidad para aplicarla de manera que refleje nuestros valores más profundos y aspiraciones comunes hacia un futuro pacífico y seguro para todos, y no beneficiando intereses corporativos o de naciones con intereses corruptos.
FUENTE: https://www.iexe.edu.mx/tecnologia/el-conflicto-en-ucrania-como-laboratorio-de-ia-y-el-futuro-de-las-guerras/