Desde el ciclo escolar 2025-2026, las alumnas de primaria, secundaria y bachillerato en Ciudad de México pueden faltar a clases por dolores menstruales incapacitantes sin que se les contabilice como una falta injustificada. Esta medida busca evitar que las jóvenes sean sancionadas o pierdan puntos académicos por ausentarse durante su periodo.
El cambio se logró mediante una reforma al Artículo 111 de la Ley de Educación local. No se exige comprobante médico: basta con el respaldo de madres, padres o tutores. Tampoco hay un número fijo de días, ya que se reconoce que cada caso es distinto.
Organizaciones como Menstruación Digna México celebran este avance, aunque advierten que aún hay desafíos, como garantizar la atención médica para casos graves, asegurar la recuperación académica y mejorar el acceso a productos e instalaciones adecuadas.
Cada escuela será responsable de definir cómo se implementará la medida, incluyendo los procedimientos para justificar las ausencias y reprogramar evaluaciones. Se ha propuesto, incluso, que existan “gestoras menstruales” que apoyen a las estudiantes y brinden orientación.
En otros estados como Colima e Hidalgo ya existen licencias similares tanto para estudiantes como para trabajadoras del sector público.