El productor de limones y presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, Bernardo Bravo, fue asesinado este lunes en la comunidad de Los Tepetates, Michoacán, informó la Fiscalía General del Estado. El empresario agrícola, reconocido por su constante lucha contra la inseguridad y la extorsión en la región, había denunciado en múltiples ocasiones las amenazas del crimen organizado hacia los productores de cítricos.
Pocas horas después del crimen, Rigoberto López Mendoza fue detenido por las fuerzas federales, señalado como el autor intelectual del homicidio. El presunto responsable formaba parte de la misma asociación de citricultores que lideraba Bravo y, según informes locales, se le vincula con Los Blancos de Troya, grupo delictivo relacionado con Los Viagras y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El cuerpo de Bravo fue localizado dentro de su vehículo en una carretera cercana a los límites entre Michoacán y el Estado de México. La Fiscalía estatal abrió una carpeta de investigación por homicidio y confirmó que el líder agrícola había denunciado amenazas desde febrero, cuando él y otros miembros del Tianguis Limonero se vieron obligados a cerrar sus oficinas por motivos de seguridad.
En redes sociales, Bravo había manifestado su preocupación por la creciente violencia y las cuotas impuestas por el crimen organizado a los productores de limón. Días antes de su asesinato, convocó a una movilización para exigir apoyo al sector agrícola, acceso a créditos, concesiones de agua y precios justos. “Vivimos una crisis profunda en el Valle de Apatzingán. Necesitamos acciones urgentes que protejan nuestra producción y la economía regional”, escribió recientemente.
El diputado Octavio Ocampo, del PRD, lamentó la muerte del líder citrícola y lo recordó como “un hombre valiente, comprometido con el campo y defensor incansable de los productores de limón”.
Bravo había advertido apenas en septiembre que los agricultores de la zona se encontraban “permanentemente secuestrados” por las extorsiones y la violencia generada por los grupos criminales que operan en los municipios de Apatzingán y Buenavista, donde el conflicto armado entre organizaciones delictivas continúa afectando gravemente a la población.