Canelo Álvarez expone sus cuatro títulos de peso supermediano este sábado contra el excampeón mediano junior Jaime Munguía la T-Mobile Arena de Las Vegas.
Canelo Álvarez (60-2-2, 39 KO’s) o Jaime Munguía (43-0, 34 KO’s) ¿quién sale con el brazo en alto y cuatro cinturones de campeón del mundo supermediano este sábado de la T-Mobile Arena de Las Vegas, Nevada?
Esa es la pregunta del millón. Aunque, si nos ajustamos a las casas de apuestas, la cuarta defensa del Canelo de su campeonato indiscutible debería ser un trámite no tan complicado para el boxeador más mediático en la actualidad y el que más dinero genera en la industria del boxeo.
Sin embargo, el hambre y la juventud de Munguía (27 años) podrían echar por la borda esos pronósticos. Óscar de La Hoya, promotor de Munguía y excampeón mundial en seis divisiones, dijo que este sábado íbamos a presenciar «el cambio de estafeta».
Acudimos a los expertos de ESPN Digital para conocer las claves que permitirían la victoria a uno y otro en este histórico combate que reúne por primera vez a dos mexicanos luchando por cuatro fajas en la era de los cuatro cinturones (desde 1988 en adelante).
JAIME MUNGUÍA tiene que subir al ring absolutamente convencido de que es capaz de ganar, y que no es solamente un retador agradecido por la oportunidad de bailar en la danza de los millones. Necesita aprovechar su juventud y energías para mantener e imponer un plan de pelea agresivo -cosa que es más fácil decirlo que hacerlo ante un rival maestro en el contragolpe como lo es el Canelo- y cuidarse mucho de las fintas engañosas del campeón, que han provocado más de un desenlace de ‘highlight’. Y si el combate llega a los 12 asaltos, estar dispuesto a cerrar poniendo toda la carne en el asador, sin confiar en cualquier ventaja que pueda pensar que tenga a ese momento, sabiendo que una decisión cerrada puede inclinarse de cualquier lado.
La condición física del Canelo Alvarez parecería haber transcurrido por tres etapas en su carrera: la inicial cuando lucía cansado con el paso de los asaltos; la intermedia en la que exhibió una muy mejorada condición física, y la más reciente en que quizás el paso del tiempo y el desgaste natural le están pasando factura.
Dicen que las peleas se ganan en el gimnasio y no sobre el ring, y este podría ser un gran ejemplo de ello: la clave para Canelo es haber hecho su asignación a cabalidad, y así bien podría bastarle con hacer lo que siempre hace para llevarse la victoria ante un rival joven, aguerrido y con pegada, pero propenso a cometer errores. Y es que para un peleador como el Canelo, un error costoso casi equivale a un nocaut. (— Jaime Vega Curry)
ES QUIZÁS UN CLICHÉ decir que Munguía tiene que demostrar su ‘corazón mexicano’ sobre el ring, pero no deja de ser cierto. Munguía tiene que ser el peleador agresivo y buscar la acción, consciente del golpe de Canelo, pero dispuesto a recibir uno para tirar cuatro. Hacer valer sus ventajas físicas y de juventud para presionar por 12 rounds (su cardio será clave), manteniendo ocupado al monarca. Obviamente es la pelea más grande de su carrera, y entre el escenario y la figura estelar de su oponente, no puede darse el lujo de dejar que el momento le pese demasiado. Tiene que imponer respeto.
Ya ganó la bolsa sin tirar un golpe, ahora necesita tirar muchos, muchos, muchos, si quiere lograr la sorpresa. En el peor de dicho escenario, podría salir noqueado, pero con la frente en alto.
Para Canelo, la paciencia, astucia, certeza, condición y poder son claves. Munguía debe venir con un plan de acción de presionar a su estilo, lo que significa que Canelo debe ser paciente para disparar y conectar, metódicamente gastando – quizás empezando por el cuerpo – a su oponente más ansioso. Ser estratégico ante la avalancha y tormenta que debe ser Munguía al inicio, sin evitarlo, para coordinar su propia ofensiva en contraataque; llevar la pelea sin que su rival más inexperto lo sepa.
De ser así, ya en los asaltos posteriores podríamos ver a un Munguía comprometido, fatigado, todavía atacando, pero perdiendo fuerza, coordinación. Ahí Canelo, asumiendo que su tanque de gasolina no se vació, debería encontrar la apertura para finalizar o dictar el resto del combate a su gusto. Su veteranía se impone. (— Víctor O. López)
LO PRIMERO y más importante para Jaime Munguía es subir al ring y transformarse en una bestia de ataque. Jaime tiene que subir a tirar golpes sin descanso, ser constante con su jab y controlar la pelea, hacer lo que lo llevó a tener esta oportunidad.
También debe mostrar el trabajo hecho con Freddie Roach, ser muy cuidadoso a la defensiva porque le entran muchos golpes, saber recortar el cuadrilátero y evitar que el pánico escénico le gane.
Canelo tiene que quitarse de la cabeza todos los factores externos, como el pleito con Oscar de la Hoya y las diferencias con periodistas.
En muchas ocasiones ha demostrado que es de cabeza fría, ahora tiene que volverlo a mostrar cuando suba al ring. Ya en la pelea, Canelo debe aprovechar las deficiencias defensivas de Munguía y, como lo prometió, noquearlo. (— Saúl Trujano)
A CANELO EN LAS VEGAS no vas a ganarle por puntos. ¿Cuándo has visto que la casa pierde? Pocas, muy pocas veces. Así que Munguía no le queda otra que ganar contundentemente, yo diría que por nocaut si quiere salir con los cuatro cinturones supermedianos. No olvides que Dmitry Bivol le ganó a Canelo con claridad casi todos los rounds y al final los tres jueces votaron idéntico 115-113.
Así las cosas, Munguía debe apelar a lo que mejor sabe hacer y lo ha traído hasta aquí: atacar. Debe apretar el acelerador desde que suene la campana inicial. Hacerle saber temprano que no le tiemblan las piernas por la magnitud del escenario. Abrumar al peleador «viejo» con volumen de golpeo para que entienda que va a ser una noche larga, muy larga. Atacarlo por todos los flancos con combinaciones de hasta seis golpes que no sean reiterativas en forma. Frente a un contragolpeador de élite no puede darse el lujo de repetir patrones. Si lo descifran, pagará las consecuencias.
El jab será vital para mantener ocupado a Canelo y darle un respiro activo sin tener que cederle totalmente la iniciativa ofensiva. Y, cuando sienta el peligro, ir de inmediato al agarre y tirarle encima las libras (algo que hace a la perfección Tyson Fury) para desgastarlo.
Para Saúl será otro día en la oficina y la clave será la paciencia. Ver que trae Munguía. Cederle la iniciativa mientras va armando el rompecabezas. Obligarlo a que se ajuste a su ritmo, bajándole el ímpetu juvenil con lo que mejor sabe hacer: el contragolpe.
Munguía suele quedar con la guardia abierta después de iniciar sus ataques, ese momento será crucial para asestarle golpes tanto a las zonas blandas como a la cabeza que le hagan bajar revoluciones y dudar cada vez que inicie ofensivas. Con esa duda, Canelo podrá jugar y pelear a placer. Algo así como hizo Floyd Mayweather con el joven Canelo hace 11 años. (— Damián L. Delgado Averhoff)