Milán se convirtió en el epicentro de los disturbios, durante una serie de movilizaciones masivas realizadas este lunes 22 de septiembre en Italia, en el marco de una huelga nacional convocada en repudio a la ofensiva militar de Israel sobre Gaza. Las manifestaciones, que se replicaron en más de 70 ciudades, dejaron un saldo de 60 policías heridos y 18 personas arrestadas, de acuerdo con reportes de la prensa local.
La situación se desbordó en la estación central de Milán, donde un grupo numeroso de manifestantes forzó el paso al interior del edificio tras superar el cerco policial. Durante el enfrentamiento, se registraron actos de vandalismo contra la infraestructura y el mobiliario del recinto ferroviario.
Ante la gravedad de los hechos, unidades antidisturbios intervinieron usando gases lacrimógenos y fuerza física para contener a los manifestantes. Las autoridades confirmaron que 23 de los agentes lesionados tuvieron que ser trasladados a hospitales por la severidad de sus heridas.
En Bolonia, otra de las ciudades donde la tensión fue elevada, manifestantes bloquearon tramos de la autopista A14, que conecta el norte con el sur del país. Frente a la estación central, lanzaron huevos y petardos contra vehículos blindados de la policía, lo que llevó a una respuesta contundente de las fuerzas de seguridad con gas y cañones de agua. Allí, otras ocho personas fueron detenidas.
El movimiento, impulsado por sindicatos de base como la Unión Sindical de Base (USB), provocó interrupciones significativas en el transporte público, incluyendo cancelaciones de trenes, desvíos en el metro y caos vehicular en las principales arterias urbanas.
En Roma, la capital, la protesta reunió a más de 30 mil personas, muchas de ellas jóvenes y estudiantes organizados en grupos escolares. La concentración inicial tuvo lugar en las inmediaciones de la estación Termini, desde donde se movilizaron para bloquear el tránsito en distintos puntos clave de la ciudad. La participación de menores fue notoria, lo que generó debate en redes sociales sobre el papel de los colegios en la convocatoria.
En el norte y sur del país, ciudades como Turín, Venecia, Trieste y Nápoles también fueron escenario de manifestaciones, algunas de ellas con cortes de vías férreas y accesos portuarios.
La respuesta del gobierno no se hizo esperar. La primera ministra, Giorgia Meloni, calificó los hechos como «vergonzosos» y reclamó una postura firme de condena por parte de los organizadores. “Estos actos de violencia no tienen nada que ver con la solidaridad, solo generan daños para la ciudadanía”, expresó a través de su cuenta oficial en la red X.
Por su parte, el ministro del Interior, Matteo Piantedosi, aseguró que lo vivido fue “una agresión premeditada contra las fuerzas de seguridad” y tachó a los involucrados de “vándalos que usan causas legítimas para desatar violencia gratuita”.
Mientras tanto, desde el Ministerio de Transportes, Matteo Salvini minimizó el impacto de la huelga, afirmando que los servicios ferroviarios de alta velocidad apenas se vieron afectados y que la participación fue baja en comparación con lo esperado.