Con motivo del Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) organizó un conversatorio enfocado en el papel que deben desempeñar las universidades ante esta grave violación a los derechos humanos. La actividad, impulsada por la Defensoría de los Derechos Universitarios, reunió a especialistas de diversas disciplinas que abordaron el tema desde distintas aristas.
Durante el evento, titulado “El rol de la universidad frente a la tortura”, la abogada General de la BUAP, Miriam Olga Ponce Gómez, abrió la reflexión definiendo la tortura como una acción que no solo afecta físicamente a las personas, sino que también altera profundamente su humanidad. Destacó la importancia de fomentar una conciencia colectiva para prevenir, atender y erradicar este crimen, subrayando que la universidad puede y debe ser un agente transformador.
Por su parte, el defensor de los Derechos Universitarios, Omar Aguirre Ibarra, enmarcó la iniciativa dentro de la campaña nacional México sin Tortura 2025, una estrategia del gobierno federal que busca la erradicación de prácticas inhumanas. Señaló que la BUAP ha participado activamente mediante la difusión de materiales informativos, charlas y otras acciones de sensibilización durante las semanas previas al conversatorio.
José Jaime Vázquez López, vicerrector de Docencia, presentó una intervención con el título “La universidad como espacio de memoria, prevención y acción contra la tortura”. Desde ahí, hizo un diagnóstico del panorama social actual en México, en el que la violencia, la desigualdad y la falta de acceso a servicios básicos configuran un entorno preocupante. Con cifras alarmantes como 26,715 homicidios en lo que va de 2024 y más de 113,000 personas desaparecidas desde 2006, Vázquez López alertó sobre la normalización del sufrimiento social y llamó a la comunidad universitaria a generar una respuesta colectiva basada en la resiliencia.
La reflexión continuó con la participación de Luis Ochoa Bilbao, director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, quien centró su mensaje en la educación superior como espacio clave para construir una cultura de paz. Recalcó que este concepto debe entenderse no solo como ausencia de violencia, sino como una propuesta activa de justicia, diálogo y respeto a la dignidad humana.
Desde el ámbito institucional, también se sumaron Jessica Calderón García y Iván Andrés Flores Cano, de la sindicatura del municipio de Puebla. Ambos compartieron una perspectiva jurídica sobre la prohibición de la tortura, detallando el marco normativo nacional e internacional vigente. No obstante, subrayaron que la práctica continúa siendo frecuente en el país, muchas veces como método de castigo o coerción, incluso recurriendo a la violencia sexual. Advirtieron, además, que la impunidad en estos casos es alarmante, con el 98 % de los delitos relacionados sin ser investigados.
El evento, realizado en el Aula Virtual del Complejo Cultural Universitario, contó con la presencia de representantes de distintas instituciones como la Escuela de Estudios Judiciales del Tribunal Superior de Justicia, la Comisión Estatal de Derechos Humanos, la Universidad de Ciencias Policiales del Estado y el Hospital Psiquiátrico “El Batán”, lo que evidenció la importancia de abordar el fenómeno de la tortura desde una red interinstitucional y colaborativa.